La odisea de “reforestar” con corales los arrecifes ticos
La lancha cruza el golfo Dulce a toda velocidad con un pequeño tesoro a bordo: tres docenas de fragmentos de coral “plantados” en discos de cerámica, como parte de un experimento que busca revivir los arrecifes de estas aguas.
Unos minutos después, llegamos al centro de investigación, pero es imposible saberlo: está escondido. Varios metros bajo la superficie hay un laboratorio vivo donde se “cultivan” corales en dos grandes viveros sumergidos; allí son custodiados hasta que tengan el tamaño necesario para regresar a su hábitat natural.